Sí, todavía es posible respirar aire limpio.
Pero seguro que no acertáis dónde se puede respirar a día de hoy el aire más limpio: en el interior de un coche. Haced la prueba. Daos una vuelta en bici por cualquier carretera, o un paseo por cualquier parte de una ciudad. Habréis tomado muchísimo NOx, SOx y COx, y lo habréis notado en el olor. Ahora haced el mismo recorrido en un coche moderno: os habréis encontrado en una atmósfera limpia y filtrada (bueno, si tenéis el coche limpio. Si lo tenéis lleno de polvo, ¡la prueba no cuenta!).
Son los coches los que contaminan principalmente el aire cercano. No son la única fuente, pero sí la mayor y más cercana.
Por si necesitásemos alguna otra prueba, la tenemos en ese fabricante de coches del que tanto se habla últimamente: Tesla. En palabras de sus creadores, el aire en su interior será «más limpio que el de un hospital». Es más, te protegerá ante un ataque con armas biológicas. Vamos, que el aire estará muchísimo más sucio en los montes de nuestro alrededor.
Esto nos da una pista clara: los productos de alta gama le dan mucha importancia al aire limpio. Señal de que el aire que tenemos a nuestro alrededor no lo está.
Mucha gente dice que el coche eléctrico no tendrá efecto en las emisiones, que los consumos totales seguirán igual (se contaminará más en los lugares en los que cree la electricidad). Pero desde luego que cambiará el panorama de las ciudades convirtiendo el aire en mucho más respirable. Hay que tener en cuenta que el 54% de la población mundial vive en ciudades en la actualidad (que llega al 75% en Europa y al 82% en EEUU, por ejemplo).
Habrá quién diga que la solución es vender menos coches, utilizar el transporte público, etc. Seguramente así sea pero eso va en contra de la tendencia principal actual: nuestra economía se basa en vender más, no menos. Y eso no va a cambiar de la noche a la mañana. Ahora mismo, lo contrario no deja de ser una bonita utopía. Hay quién dice que eso va a cambiar… pero habrá que verlo.
En este camino de la contaminación aparece un elemento curioso: nosotros, los humanos.
Podemos comprar productos que respeten el aire limpio. También podemos pedir aire limpio: nuestras políticas pueden dar prioridad al aire limpio sobre otras cosas. Algunos países ya lo han hecho: Suecia ha aceptado el derecho al aire limpio.
“El derecho de los menores a respirar aire limpio, está por encima del derecho de un conductor a circular por cualquier calle.”
Son las palabras de una ministra sueca. Por el contrario, en Madrid una mandataria reclamaba «su derecho a usar el coche por la ciudad» sobre cualquier otra cuestión. Cuando se trata de un problema de mentalidades, ¿está claro en manos de quién está el problema, verdad?
Necesitamos coches más limpios. Necesitamos que circulen menos coches. Necesitamos delimitar dónde se debe usar el coche y dónde no. Será mejor para todo el mundo. También para ti, aunque ahora no te des cuenta de ello.