Todo el mundo recuerda el accidente de la central nuclear de Fukushima. Tras un terremoto y posterior tsunami, la central sufrió graves daños estructurales. Falló el sistema de refrigeración y se liberó radiación al mar y a la atmósfera. ¿Qué consecuencias tuvo?
En el momento del accidente no murió nadie. La radiación liberada no mató a nadie al momento, y tampoco parece que hubiese un gran aumento de enfermedades en la zona, tales como cáncer de tiroides. Tampoco hubo muertos en las explosiones ni en los trabajos de los bomberos. Algunos estudias estiman (no afirman) que las muertes directas por radiación fueros 130, aunque no deja de ser un dato no contrastado y de muy difícil contraste.
Sin embargo, el accidente trajo una cadena de consecuencias inesperada:
- Empezó por un «apagón nuclear»: se pararon todas las centrales nucleares del país.
- Para seguir generando la energía eléctrica necesaria, se procedió a “quemar más carbón”, es decir, se subió la producción de las centrales térmicas (que usan carbón y gas natural como combustible).
- Ello se tradujo en un incremento del coste de la electricidad.
- Y esto trajo que ciertas familias no pudiesen pagarla y que muriesen como consecuencia del frío.
Se estima que más de 1 200 personas murieron debido a ello. Una vez más, son estimaciones. Pero algo de cierto hay: el frío ha matado más gente que el accidente nuclear.
Existe otra estimación que cifra en 1 000 personas las que murieron por el desplazamiento que produjo el accidente. Realmente, nunca se sabrá a ciencia cierta, pero sí es cierto que la relación existe.
La energía nuclear ayuda a mantener el precio de la electricidad en niveles aceptables, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera. A cambio, genera un problema de seguridad que, a día de hoy, se soluciona de manera relativamente satisfactoria (tanto de residuos, como de accidentes, como de posibilidad de ataques).
¿Estamos dispuestos a aceptar la energía nuclear? Recordad que los países que han abandonado el desarrollo de esta energía (casos de Japón y Alemania) han dejado de disminuir su producción de CO2 frente a los que no lo han hecho (y, si nos centramos en otro tipo de emisiones, sucede lo mismo). Y que, según las OMS, la contaminación atmosférica mata a millones de personas anualmente.
Mientras decidís cuál es vuestra opinión, una información no muy conocida: la ceniza del carbón es más radioactiva que los residuos nucleares
PD Sorprende que hoy en día ya nadie habla de consumir menos energía…