‘KoopAtaria, el portal de ideas y debates cooperativos’
Artículo escrito por Agustin Markaide
Con frecuencia solemos pensar que el universo gira alrededor de nosotros, que somos el principio y el fin de las cosas. Lo hemos hecho continuamente a lo largo de la historia, sobre todo en nuestra cultura occidental. Y hoy no estamos libres de ello. El hecho de que la Experiencia Cooperativa de Mondragón, con unas reglas de juego muy particulares dentro de una economía de mercado, sea un caso de éxito, y perdure, ha generado una curiosidad y admiración notables desde hace tiempo en todo el mundo y eso ha alimentado en muchos de nosotros la percepción de tener ya en nuestras manos las respuestas ante cualquier reto cooperativo y de disponer de un modelo prácticamente acabado.
Pero, posiblemente, es mejor, más útil, adoptar una postura humilde y más abierta al aprendizaje ante las preguntas que tenemos ahora y las que podemos anticipar que vendrán en los próximos tiempos. Y tenemos opciones interesantes para abundar en esto. Algunos hemos aprendido que es difícil mantener valores cooperativos, singularmente los de Participación y Solidaridad, en un entorno hostil con esos valores y que tener la fortuna de participar en un ecosistema cooperativo afín, con muchas y variadas experiencias, ayuda a mantener y adaptar e incluso a reforzar esos valores. Y cabe pensar que en la medida en que ese ecosistema afín sea más rico, amplio y variado, y tengamos más capacidades de aprender de él, tendremos todavía más oportunidades para dar respuestas más avanzadas para las preguntas que nos hacemos y nos haremos.
Porque, con frecuencia, empleamos los modelos existentes en el entorno para gestionar los problemas empresariales y también los sociales. Son el estándar de gestión, también para nosotros. No es un problema, necesariamente, que utilicemos instrumentos de gestión o financieros del entorno, pero sí puede serlo que adoptemos el modelo de gestión completo, y que incluso las finalidades últimas sean, también, las tomadas del entorno. Pero si queremos contrarrestar esa tendencia natural, necesitamos disponer de modelos cooperativos alternativos y reflexionados, y eso requiere un trabajo de conocer los que existen, valorarlos, adaptarlos, … para que sean disponibles cuando y donde se precisen.
Es una gran noticia que se abra la puerta de ‘KoopAtaria’ y que sea de la mano de la universidad. En qué se convertirá solo el tiempo nos lo acabará diciendo, pero yo veo mucho espacio para la propuesta y el debate sobre ideas y para el conocimiento de las experiencias cooperativas, materias que pueden ser dinamizadas en este lugar virtual. Además, con la serenidad de no tener que buscar soluciones inmediatas y precisas para casos concretos, puesto que este es el terreno que deben recorrer los equipos rectores, gestores, asesores, etc. Pero sí con la actitud de aplicar amplitud y profundidad a las miradas, de modo que abran o ensanchen posibilidades.
Son muchos los campos que pueden merecer la atención y aportar valor, por ejemplo, los cinco siguientes:
El mundo está lleno de cooperativas, de todo tipo, muy grandes y muy pequeñas, agrupadas o asociadas y también solitarias, muy exitosas y menos. Y también están a nuestro alrededor. Sería estupendo que KoopAtaria fuera un lugar de exposición y debate de ideas y experiencias de interés para todas ellas. Que los estudiosos, expertos y filósofos de cualquier parte ofrecieran en él sus conocimientos, reflexiones y propuestas y las abriesen a la participación de los demás. El propio nombre de ‘Atari’ (entrada, portal, pórtico,… en euskera) es una invitación en ese sentido. Muchas de las cooperativas existentes abordan necesidades sociales de primer orden y que están presentes en el debate cotidiano: la vivienda, la educación, la salud, el envejecimiento, la inmigración, … y lo hacen desde una perspectiva que no es estrictamente ni de gestión pública, ni privada, sino la de la Empresa Social, un modelo que optimiza los recursos y la gestión y socializa los resultados. Este es un espacio que merece la pena reivindicar y que deberíamos contribuir a llenar de experiencias.
El rango cooperativo puede y debe ser amplio. Hemos heredado, y renovado en cada generación, la creencia de que la fórmula cooperativa es un instrumento para la transformación social y no solo el fin. Podemos aprender, por tanto, de otras experiencias que tengan también finalidades de transformación social, e incluso de otros instrumentos, económicos o jurídicos, válidos para conseguirlas y que sean compatibles con nuestros valores esenciales.
La mirada al futuro nos trae sus propias grandes preguntas. Por ejemplo, cómo serán las empresas e industrias en un mundo de consumo y producción sostenibles, en una sociedad en el que el ‘crecimiento’ sea en bienestar y sin que el consumo presente robe recursos al futuro y qué papel jugarán las cooperativas en esa búsqueda y transformación. O cómo enfrentarán las empresas sociales las poderosas fuerzas que tienden a concentrar el poder económico y político y la riqueza en menos manos y en menos lugares.
La profundización en la reflexión sobre nuestros valores esenciales puede ayudarnos a gestionarlos mejor, a desarrollar la gobernanza cooperativa, a prevenir problemas. A incorporar a la reflexión las importantes transformaciones sociales y tecnológicas que se están produciendo en nuestro entorno, como la incorporación progresiva de personas inmigrantes o la influencia de las redes sociales y la emergencia de la inteligencia artificial. Además de incorporar las propias transformaciones que viven las cooperativas con el crecimiento y la evolución de sus negocios. En definitiva, nos puede ayudar a mejorar nuestro catálogo de preguntas, de definiciones y de prácticas.
En definitiva, este mundo, atormentado por la guerra y por los retos de la supervivencia humana como especie, está sobrado de miradas limitadas al presente y de intereses particulares y necesita de aportaciones crecientes que mejoren la cohesión social, a través de una mejor participación y mayor solidaridad. Las personas de la universidad y la empresa cooperativas podemos ayudar construyendo propuestas significativas en esta dirección, que ayuden a nuestras cooperativas y, en general, a las empresas sociales, en sus reflexiones, que amplíen el conocimiento general sobre estas materias y que la sociedad aprecie la pertinencia de los valores cooperativos por sus aportaciones prácticas. Con la vocación de que la voz y las experiencias cooperativas sean más que rarezas poco extensibles, que sean útiles para las respuestas que necesita la sociedad y que eso produzca frutos, en la medida de lo posible. ‘Kooperatibismoaren Ataria’ puede poner su grano de arena y ser un instrumento para ello.
Kooperatibagintzan Topaketa 2019
Arantzazu, 2019-06-04
+ Ez dago iruzkinik
Zurea gehitu