En el módulo III del curso experto sobre cooperativismo que organiza LANKI hemos abordado el tema del cooperativismo como sujeto de transformación social. Han sido tres sesiones interesantes, en lo que hemos podido reflexionar sobre la cuestión a fondo, conocer diferentes experiencias y pensar posibilidades de futuro.
Una idea importante desarrollada en el curso ha sido que el cooperativismo de Mondragon surgió y se desarrolló en sus primeras décadas como una experiencia por y para la transformación social. La motivación central era transformar las personas y la sociedad, para lo que se crearon unas estructuras empresariales más democráticas y solidarias que debían servir para avanzar en esa dirección. Hemos reflexionados sobre la importancia de volver a retomar esta visión del cooperativismo, conociendo ejemplos actuales que pueden servir como referentes. Interesante la aportación de la ikastola Arizmendi y su innovación como centro a partir de la “pedagogía de la confianza”.
En la segunda sesión hemos realizado un análisis de la evolución de las cooperativas de Mondragon en este ámbito. Por una parte hemos analizado las principales aportaciones realizadas por las cooperativas, poniendo en valor lo que se ha hecho bien. Y, en segundo lugar, hemos realizado un análisis crítico, diagnosticando que la idea de las cooperativas como sujeto de transformación social ha perdido fuerza, institucionalizándose esta cuestión en demasía y perdiendo centralidad a la hora de definir las estrategias. Para reflexionar sobre estas cuestiones hemos conocido cómo trabajan este ámbito en diferentes cooperativas de Mondragon y en cooperativas como Ampo, que forma parte de Nergroup.
En la actualidad nos encontramos en un período de profundos cambios económicos, sociales, culturales y políticos. Los tiempos exigen reflexionar y repensar el proyecto cooperativo. Y una cuestión importante a definir es qué queremos ser las cooperativas en el futuro. En este módulo hemos defendido la necesidad de poner la aspiración de transformación social (individual y colectivo) en el centro del proyecto cooperativo. Lo que seamos en el futuro dependerá, en parte, de lo que pretendamos ser. Por eso hemos reflexionado sobre la idea de imaginar el cooperativismo como un proyecto para transformar las personas y la sociedad (para crear unas personas y una sociedad cada vez más autogestionarias, cooperadoras y felices). Tratar de caminar hacia ese horizonte puede ser la vía para dar forma a un proyecto cooperativismo con aire fresco y revitalizar su dimensión económica, emocional y humana. La idea está en la mesa, hay que darle vida.