Juan Basagoiti, ex-alumno de Ingeniería Industrial de Mondragón Unibertsitatea, nos cuenta cómo fue su experiencia en Nueva Zelanda. Una experiencia inolvidable que guarda en la mochila y que fue posible gracias a las becas Global Training que otorga el Gobierno Vasco a los/as jóvenes egresados/as; becas que les permite tener una experiencia laboral en un país extranjero.
Dejemos que Juan nos cuente sus aventuras en Nueva Zelanda:
«En mi caso, después de haber hecho ya dos estancias en el extranjero de diferente duración, pues como que uno le coge ya el vicio y intenta encontrar la menor excusa para volver a irse. Después de insistir un poco y gracias a que la profesora Amaia Gomendio me informó de la existencia de las becas Global Training; me volví a dirigir al extranjero. Esta vez, de entre todas las opciones a Nueva Zelanda.
Concretamente, los primeros meses estuve en Christchurch. La ciudad más grande de la isla sur, la cual sufrió 2 terremotos muy fuertes en 2010 y 2011, que destrozaron en gran parte el centro de la ciudad. Sabiendo esto, la primera impresión que tuve de la ciudad fue de que todo estaba roto y desolado, aunque la falta de gente se puede explicar porque la población del país es menor que la de la comunidad de Madrid. Debido a los terremotos conocí a mucha gente joven de Irlanda, Inglaterra, etc.; que trabajaban en la construcción, que es lo que más se necesitaba. Posteriormente me mudé a un pueblo pesquero llamado Kaikoura, que es conocido turísticamente ya que se pueden ver ballenas, delfines y focas.
En cuanto al trabajo, estuve trabajando como diseñador proyectista para diferentes proyectos de Fagor Arrasate (empresa que hizo de enlace con Nueva Zelanda) en una empresa pequeña llamada Indesol de solo 2 trabajadores.
Como os podéis imaginar, al ser solo 3 en la oficina, el ambiente era familiar y tenían una mesa de ping pong para los descansos, aunque eran serios y rigurosos con el trabajo.
En cuanto al resto del país, al haber poca gente, no está muy explotado (no hay autopistas en la isla sur). Y la variedad en los paisajes es brutal.
Tienes desde fiordos, lagos inmensos, los Alpes del sur, glaciares, etc. Es por esto que los neozelandeses son gente muy de naturaleza. A la orden del día están actividades como hacer rutas andando, cazar, pescar, andar con quads; y en invierno sky, snow, etc.
Es más, en Nueva Zelanda se encuentra un pueblo llamado Queenstown que se auto denomina como el centro de los deportes de riesgo; ya que dispones de un lago y montañas a muy pocos kilómetros.
De todas formas, también saben disfrutar de una buena cerveza de vez en cuando (a veces más de una).
Finalmente, decir que irse al extranjero siempre enriquece. Desde siempre me ha gustado viajar, pero me asustaba hacerlo solo. Esta vez he salido solo, y como bien me habían dicho, es de las mejores experiencias que podrás vivir y se “espabila” bastante.
Hasta la situación más común te parecerá emocionante, y se aprende a actuar ante situaciones un poco difíciles. Me gustaría animar a todo el que se lo esté planteando. Y si tiene miedo de hacerlo solo, que no lo tenga; porque después de Nueva Zelanda me anime a viajar solo, y es la mejor manera de sumergirte en otra cultura.
Animo!!!!! »