Primer logotipo de Caja Laboral Popular en 1959
Puede que a quienes no hayan tenido vínculo con las cooperativas de MONDRAGON, lo que hoy en día es Laboral Kutxa y antes Caja Laboral Popular, solo les suene a «un banco más». Eso sí, vinculado a esta corporación empresarial y con el apellido por tanto de «cooperativa de crédito». ¿Su función? Pues evidente, ¿no? Entre otras, la de proporcionar un servicio financiero a las empresas de la corporación. Pero hurgando en su historia encontramos quizá uno de los elementos trascendentales de la progresión de este grupo de cooperativas: su División Empresarial.
Caja Laboral nace en 1959 por iniciativa casi personal de José María Arizmendiarrieta. Si bien en sus estatutos ya se hablaba de «servicio financiero, técnico y social de las cooperativas», su primera función fue de provisión social. Aquel «servicio técnico» a las cooperativas se transformó con el paso de los años en División Empresarial, denominada así desde 1973 y que pasó más adelante a ser LKS S.Coop. en 1991. La División Empresarial se configuró como un organismo mediante el que «se pudo materializar su voluntad de ser instrumento de desarrollo comunitario«, tal como se explica en el capítulo 3 del libro La experiencia cooperativa de Mondragón. Una síntesis general, escrito por Larraitz Altuna-Gabilondo y publicado por Lanki. O sea: material de lectura de nuestro máster, claro está 😉
A pesar de una cierta indefinición inicial, la División Empresarial comienza a prestar servicios diversos.
La relación del servicio técnico con las cooperativas creadas abarcaba un extenso campo de acción: hallar el programa de trabajo, organizar la estructura social y dar formación societaria, planificar la financiación desde la Caja, asumir la gestión técnica y la organizativa y planificar el área comercial. Así fue como se impulsaron en sus inicios cooperativas industriales como Copreci, Ederlan o Soraluce, la cooperativa agraria Lana o la cooperativa de consumo San José, precursora de Eroski.
Fue en la década de los 70 cuando se estructuró más, con tres subdirecciones: una de Desarrollo Industrial, otra de Organización y una tercera de Estudios. Destacó su labor en apoyo de la promoción de nuevas cooperativas o en la búsqueda de nuevos productos y mercados. Además, a través del Departamento de Intervención, se «intervenía» (valga la redundancia) en la gestión de aquellas cooperativas en crisis, como ocurrió por vez primera con Funcor. En el haber de la División Empresarial cabe citar la estandarización de elementos básicos de gestión, como el plan estratégico o el plan de gestión anual, y la promoción de cooperativas de viviendas y de enseñanza.
En fin, sirvan estas líneas para recordar el sentido de aquella División Empresarial de Caja Laboral a lo largo de los años 70 y 80 del siglo pasado. Hoy desde la distancia quizá se pueda comprender como uno de los soportes del desarrollo del cooperativismo de Mondragón.
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Nota.- La imagen está tomada del libro citado en el texto: Altuna, L. (2008). La experiencia cooperativa de Mondragón. Una síntesis general. Ed. Mondragon Unibertsitatea.