La propia Mondragon Unibertsitatea se une a las propuestas de formación online masiva. El cooperativismo de MONDRAGON debe trabajar su oferta educativa y proyectarla más allá de los programas reglados tradicionales. Se abre, de alguna forma, a toda aquella persona que quiera aprender de cooperativismo. Nunca como ahora el predictor de éxito más importante fue quien aprende y no tanto quien enseña.
Pero al lado de la oferta de MOOCs que pueda lanzar MU la vocación transformadora del cooperativismo de MONDRAGON pasa también por los espacios cercanos de lo local. Internet y lo local deben remar en la misma dirección: poner sobre la mesa la pertinencia del modelo cooperativo como vehículo transformador. Es en este punto de unión, en lo local donde el cooperativismo adquiere pleno sentido… aunque tenga vocación universal. Sí, Arizmendiarrieta planteó un modelo que debía expandirse como manera de transformar la sociedad, pero cabe entender esa transformación desde realidades locales.
Hoy se habla de educación expandida, informal, de aprendizaje para toda la vida. No hay momento que no sea bueno para aprender. El cooperativismo de MONDRAGON debe entenderse desde la constante recreación que supone cocinarlo al fuego lento de la educación. Y no queda sino echar mano de la imaginación para que las nuevas generaciones conecten con él y lo reinterpreten a la luz de los tiempos actuales. Razones para que los principios y valores cooperativos estén vigentes en la sociedad actual no faltan. Injusticias sociales, desgraciadamente, las hay por todas partes.
Así pues transformación social y educación son los dos ejes en torno a los que estamos trabajando ahora en el máster. Los debates en el foro ya han comenzado. Andamos a la búsqueda de ejemplos. Porque el camino se hace andando, ¿no? Terminamos con una cita de Joxe Azurmendi extraída de su conferencia en la asamblea general de Arizmendiarrieta Lagunak el año pasado:
La expansión de la cooperación equivale a expansión de la comunidad; profundizar en la cooperación significa dar solidez a los valores. El fin de este proceso circular es siempre la creación de y el servicio a la comunidad; su nueva creación. No es la satisfacción de los intereses individuales por encima de o contra la comunidad. Y luego, el fin de la comunidad es la creación y el servicio a la persona, libre, madura, dispuesta a servir a la comunidad sin ser su esclava.