Datorrena 2013 – El futuro de la educación superior


Nos han invitado, dentro del evento que se organiza hoy Datorrena 2013 – Premios Buber 2012 a dar una pequeña ponencia en la que vamos a exponer algunas ideas relacionadas con la tecnología y con Internet que pueden ser interesantes a corto plazo en el marco de la educación. Agradecemos a Internet Euskadi la invitación y os mostramos a continuación las tendencias de las que vamos a hablar:

Primera idea: Quiero comenzar con algo no específicamente relacionado con la tecnología. Es uno de los retos más importantes al que nos enfrentamos desde las Universidades y, en general, desde las organizaciones que nos dedicamos a educar: el mercado laboral está en constante cambio y gran parte de los puestos de trabajo que desempeñarán en un futuro próximo los jóvenes que están hoy con nosotros en la Universidad todavía no existen. Es muy importante que desde las universidades realicemos una vigilancia continua del mercado laboral, adaptemos nuestras titulaciones y creemos nuevas titulaciones cuando sea necesario. Actualmente las universidades lanzamos grados y másteres en bio-ingenierías o deportes de deslizamiento, por ejemplo. Es muy importante avanzar en la formación a medida. Se acabó al “café para todos”.

Y también es muy importante formar en competencias y metodologías como el aprender a aprender, el aprendizaje en equipo o el aprendizaje basado en la resolución de problemas a través de proyectos. Todo esto es aplicable tanto a la formación en las facultades como a la formación continua de profesionales. Y en todo esto la tecnología sí que debe ser una herramienta facilitadora.

Segunda idea: Empecemos por la tecnología que ya estamos usando: los sistemas de gestión de cursos online como Moodle. También llamados sistemas de gestión del aprendizaje o entornos de aprendizaje virtuales. Es algo que ya estamos usando todas las universidades tanto para apoyo de los cursos presenciales como para la formación online. Los profesores comenzamos a usar estas herramientas hace pocos años, colgando nuestros apuntes (a veces escritos a mano y escaneados) para distribuirlos a los alumnos. Lo cual nos daba mucha libertad porque ya no teníamos que ir a la copistería… Tenemos que seguir avanzando en esta línea y aprovechar al máximo todas las posibilidades de estas herramientas. Sobre todo para fomentar el concepto de campus virtual en los cursos no presenciales. Por supuesto, la formación online es ya muy importante y a corto plazo lo va a ser cada vez más. La gente quiere aprender y estudiar cuando quieran y donde quieran.

Una de las cosas que hemos aprendido hasta ahora de los cursos online es que debemos fomentar la interactividad con los alumnos ofreciendo entornos colaborativos, para evitar que se sientan solos en el proceso de formación.

Tercera idea: Tenemos que avanzar también en la preparación de contenidos que sean adecuados para los dispositivos que usan nuestros alumnos, como las tablets. No podemos quedarnos en el PDF, existen actualmente aplicaciones para crear eBooks que aprovechan las capacidades de las tablets, sin olvidarnos del desarrollo de las apps para dispositivos móviles y la aparición del concepto m-learning. Y esto último está relacionado con el concepto BYOD (Bring your own device) que también está ocurriendo en las universidades además de en las empresas.

Cuarta idea: El aprendizaje Social. También es importante el uso de las redes sociales que ya usan nuestros alumnos para activar la comunicación con ellos. Cada vez es más frecuente la creación de grupos en Facebook o Linkedin o la creación de hashtags en Twitter asociados a cursos o asignaturas. Muchas veces esta iniciativa surge de los propios alumnos. Por supuesto, tampoco podemos olvidar aquellas aplicaciones en la nube que fomentan el trabajo colaborativo de los alumnos. Es decir, la formación es un proceso que ya no ocurre en las aulas o en los laboratorios, sino que que se puede dar en multitud de entornos. Además, las redes sociales nos permiten mantener lazos de comunicación con los alumnos que salen de la universidad.

Quinta idea: Otra de las tendencias tecnológicas a corto plazo es la gamificación y los juegos serios, el aprendizaje basado en juegos: introducir mecánicas de juego en la educación para aumentar la motivación en los alumnos, entre otras cosas. Un ejemplo es la aplicación Foldit que ha sido comentada estos días en el Festival Fun and Serious. Es un juego desarrollado entre otras, por la Universidad de Washington para que los investigadores colaboren en la investigación del plegamiento de las proteínas.

Una iniciativa muy reciente e interesante es el proyecto “Open Badges” de Mozilla. Es un framework para premiar a los alumnos con insignias en función de su evolución en un curso online, por ejemplo. Pero también sirve como sistema de acreditación y verificación de conocimiento y aptitudes. Es decir, puede apoyar la reputación profesional de un alumno. Estas tecnologías también nos pueden ayudar a integrar lo aprendido por los alumnos en el aprendizaje informal en sus currículums.

Sexta idea: Los cursos online abiertos y masivos o MOOCs han dado lugar a iniciativas como Coursera, Udacity o edX, entre otras. En Coursera podemos encontrar cursos online y gratuitos de más de 30 universidades. Entre ellas, Stanford, Princeton o la Escuela Politécnica de Lausana. En sus propias palabras, la tecnología de Coursera “permite que los mejores profesores enseñen a decenas, cientos o miles de estudiantes”. El objetivo principal es el de empoderamiento de las personas para mejorar sus vidas y las comunidades en las que viven. No es sólo un acceso a contenidos gratuito, sino que cada alumno es evaluado por los profesores y al final del curso obtiene un diploma. Las universidades deberíamos estar atentas a estas iniciativas y estudiar cómo colaborar con ellas, ya que es posible definir un modelo de negocio a través de los MOOCs, que no tiene porque recaer en el alumno. Actualmente muchos o casi todos los contenidos en estas plataformas son gratuitos, pero todo indica que siguen la estrategia “hazte con muchos usuarios, luego piensa qué hacer con ellos”.

Séptima idea: Gracias a la tecnología y a Internet, tenemos una capacidad de acceso a la información que nunca hemos tenido. Y los alumnos también, por supuesto. Cada vez es mayor la disponibilidad de contenidos abiertos de calidad. Esto implica que el rol del profesor también cambia y que, a veces, tenemos que actuar como esa figura del “content curator” que ahora está tan en boga. Tenemos que ayudarles a distinguir lo importante de lo trivial y a elegir las fuentes más fiables. Potenciar nuestra capacidad como profesores de evaluar la credibilidad de la información y la creación de sentido son primordiales.

Relacionado con este tema, otra de las tendencias en las que la tecnología nos puede ayudar a los profesores son los llamados Entornos Personales de Aprendizaje (PLE por sus siglas en inglés). En un entorno tan cambiante en el que el conocimiento está cada vez más distribuido creemos que es clave que los profesores construyamos nuestras propias redes de aprendizaje para actualizar nuestros conocimientos y ayudemos también a los alumnos a crear sus redes de aprendizaje, porque, como he dicho al comienzo, es muy importante que enseñemos a los alumnos a aprender de manera autónoma. Este concepto no es nuevo, pero sí que es necesario desarrollarlo. Y las herramientas para construir estas redes son ya conocidas y usadas por muchos de nosotros: Twitter, blogs, suscripción a contenidos, etc. Pero también existen plataformas específicamente orientadas a la creación de PLEs.

Octava idea: Por último, la tecnología también nos puede ayudar a ofrecer oportunidades internacionales “en casa” a los alumnos que no puedan permitirse salir al extranjero, para evitar la aparición de otra brecha. Es importante que, a través de herramientas colaborativas, telepresencia, etc., nuestros alumnos puedan conocer otras realidades, otros profesores y compañeros y acceder a otras culturas y formas de trabajo.

Actualización: en esta páginade Irekia podéis ver el vídeo de la ponencia, en el minuto 44.

Hay 2 comentarios

Añade el tuyo
  1. 1
    Enrique Zarate

    Estupendo post. Solo un comentario acerca del punto primero. En mi opinión, puede ser peligrosa una universidad guiada por las necesidades del mercado. El mercado laboral de 1990-2005 probablemente reclamaba profesionales para la construcción. ¿Habría sido/fue una buena idea seguir las demandas del mercado laboral?

    No se puede vivir de espaldas al mercado laboral, pero hay necesidades que pueden caducar para cuando los estudiantes terminen sus estudios. Hay que buscar un equilibrio entre la necesidad de hoy y las oportunidades del mañana y para ello es fundamental la participación de los investigadores que están en la frontera del conocimiento tanto en la docencia como en el diseño de las titulaciones.

    El conocimiento especializado caduca mucho antes que la formación básica generalista que te capacita para aprender.

    • 2
      mfernandez

      Estoy completamente de acuerdo contigo, creo que tenemos que estar muy atentos a las necesidades de las empresas y al mercado laboral, pero esto es una de las muchas variables que entran en la ecuación a la hora de diseñar nuestras titulaciones.

      Un saludo Enrique!

Hay 1 comentario