Ismael Igartua ha comenzado con un ejemplo: los bienes intangibles suponen el 95% de los activos de Microsoft. Estos activos están protegidos por la propiedad intelectual o industrial. Las patentes no son la única forma de proteger nuestros bienes intangibles, otra opción es el secreto industrial, por ejemplo.
Además de las patentes están los diseños industriales, las marcas, el copyright. La validez de la propiedad intelectual protege a las patentes, los diseños y las marcas.
Se patentan las invenciones: soluciones técnicas a problemas concretos. En Europa, los programas de ordenador no se pueden patentar, salvo en algunos casos concretos. Por ejemplo, si se trata de una novedad mundial. Sin embargo en Estados Unidos «casi cualquier cosa se puede patentar».
Una patente es un contrato entre el inventor y el estado. El estado concede un monopolio temporal y exige la divulgación del conocimiento técnico. También nos da derecho a impedir a que otros exploten la invención. Patentar no nos exime de haber infringido patentes previas. Hablando de internacionalizar, tenemos que ver si infringimos patentes de terceros en otros países.
«Patentar mal sale carísimo». Además, no existe una patente mundial, tenemos que ir país por país. Un ejemplo, una patente en 11 países, hasta el momento de la concesión y en un proceso que puede durar entre 3 y 5 años, puede costar 65.000€. Por tanto, tenemos que racionalizar los gastos que supone patentar.
El requisito de novedad se evalúa en relación con lo divulgado en cualquier parte del mundo antes de la fecha de la presentación de la patente, aunque la divulgación se nuestra.
La patente europea unifica el procedimiento de concesión de patentes en Europa. Cuando se concede la patente europea, tengo que validar la patente en los países que me interese. También existe la solicitud internacional, que muchos confunden con una patente mundial. Equivale a una solicitud en todos los países de la PCT (Sistema Internacional de Patentes). Se traduce en un período prolongado de 30 meses para decidir dónde quiero presentar la patente.
Ismael ha terminado con una serie de conclusiones:
- Tener presente otros medios de protección.
- No excluir a priori la posibilidad de patentar nuestro software.
- Hacer una reflexión seria si patentar nos va a traer beneficios.
- Gestionar el año de prioridad.
- Establecer una estrategia de extensión de patentes territorial racional, de acuerdo a la estrategia empresarial.