Pasar del instituto a la universidad


En estos momentos en los que muchos alumnos han decidido o están decidiendo continuar estudiando en la universidad, me ha parecido interesante preguntar a 3 alumnos de 1º del grado de ingeniería informática, Jon Zarate, Julen Balzategi y Oscar Serradilla,  qué es lo que les ha supuesto a ellos el cambio del instituto a la universidad.

No se pretende hacer un análisis del tema sino que se les ha pedido que contesten con toda sinceridad sobre su experiencia personal, lo que vais a leer son sus testimonios, sin pretender cuestionar su representatividad.

1.- ¿Cuáles son las diferencias más notables de estudiar en EPS-MU frente a tu periodo en el instituto?

Julen: Las diferencias más notables son:

  • El volumen de contenidos de cada asignatura y a la velocidad a los que se imparten son superiores en la universidad.
  • Las asignaturas impartidas en la universidad son de un mismo ámbito o muy relacionadas entre sí  a la vez que con el mundo laboral y los gustos propios. En cambio en el instituto las asignaturas son de carácter general por lo que no suelen resultar muy entretenidas o motivadoras.
  • Las valoraciones que se recibe en la universidad reflejan las cualidades o aptitudes que tiene cada alumno, de las cuales muchas van a ser valoradas en futuros puestos de trabajo. Por lo que resultan más determinantes para uno.

Oscar: Al entrar en la universidad cambias sobre todo en el ámbito de estudio. Más trabajos y exámenes más frecuentes, dando más oportunidades ya que la evaluación es continua y no te lo juegos todo a un examen. Sin embargo, esto requiere trabajar más día a día y no solo los días previos a los exámenes.

Tus compañeros de clase están más interesados en aprender las mismas cosas que tú. Este curso, por primera vez,  puedo hablar con mis compañeros de clase de temas como distribuciones de linux (sobre todo ubuntu), componentes de ordenadores, overclock…

Jon: Si solo nos centramos en lo académico, yo no he notado demasiados cambios, pero sí alguno de gran importancia. En cierto sentido, la Universidad no me ha supuesto ningún miedo y he podido afrontar las dificultades fácilmente: clases pequeñas, contacto con los profesores etc. Pero en cuanto al temario en sí, estoy mucho más a gusto ya que los temas están relacionados con lo que en algún día será mi trabajo, y como me gusta lo que estudio, pues en cierto modo voy con más ganas a clase. Aparte, al día doy una hora menos que el año pasado, así que el día se hace todavía más llevadero.

 

2.- ¿Qué expectativas se han cumplido y cuáles no de lo que supondría estudiar en la universidad?

Jon: Supongo que al estar estudiando una ingeniería, me esperaba un gran salto y gran dificultad, pero no ha sido así ya que los temas se daban desde la base y me pude adaptar muy fácilmente. Por eso, cuando me preguntan qué tal ando en la Universidad, siempre contesto que parece que sigo en el instituto.

Julen: En cuanto a las expectativas cumplidas:

  • Las asignaturas despiertan gran interés, por lo que  la motivación es constante a la hora del estudio.
  • Los conocimientos que se van adquiriendo durante el curso, guardan gran relación con futuras tareas que se puedan desempeñar en mundo laboral.
  • Los proyectos que “a priori” parecían muy complejos, una vez en su proceso de desarrollo resultan didácticos, entretenidos y satisfactorios.

No se me ocurre ninguna expectativa no cumplida.

Oscar: He conocido a gente con los mismos intereses que yo (como ya he dicho antes). Además, desde pequeño he tenido ganas de seguir aprendiendo y de ir a la universidad. Estoy satisfecho con el nivel de aprendizaje.

3.- ¿Hay algún mensaje que te hubiera gustado recibir en el bachillerato y que no se te dio?

Oscar: Sí, que también se puede aprender fuera de clase. Si tú mismo empiezas a buscar información en internet sobre temas que te interesen (sea informática u otros temas) o te lees libros por tu cuenta vas a aprender lo que a ti de verdad te gusta y puede ser provechoso en un futuro.

Jon: Yo siempre he tenido muchas ganas de empezar con la universidad, ya que desde muy pequeño tenía claro que estudiaría Ingeniería Informática, así que no hubiese cambiado mucho el hecho de que me dijeran algo. Por eso supongo que si yo no hubiese tenido tan claro que estudiar, si quitaran la ingeniería informática por ejemplo, me gustaría pensar que el primer año de carrera es muy parecido entre las ingenierías, así que en realidad no tengo que saber ya, con 18 años de que querré trabajar toda mi vida. Con una buena nota en selectividad, podría cambiarme de ingeniería fácilmente.

Julen: Hubiese estado bien el haber recibido alguna información más detallada sobre lo que se imparte en cada asignatura. Junto con eso algún ejemplo de lo que los alumnos suelen hacer, también habría sido de gran ayuda a la hora de elegir la carrera.

4.- Si tienes referencias de amigos que estudian en otras universidades, ¿cuáles son las diferencias más importantes  con la experiencia que tu vives en la escuela politécnica de Mondragón?

Julen: La diferencia principal se encuentra en la aplicación de la evaluación continua propuesta por Bolonia. En otras universidades el examen determina exclusivamente si se aprueba la asignatura, haya ido o no a las clases o haya entregado o no los trabajos. En la escuela politécnica de Mondragon aunque todavía el peso que tiene el examen sobre las calificaciones es grande,  los trabajos y la asistencia a clase (junto con otros puntos a evaluar) cumplen un papel importante sobre los resultados. También las calificaciones de las asignaturas no son solo resultado de un solo examen o prueba, esa nota va modificándose continuamente ya que la evaluación del alumno es continua. Por consiguiente este puede enmendar  muchos de los errores que haya podido cometer durante el curso. Otro factor es que   el alumno tiene gran accesibilidad a los profesores. Gracias a esto cualquier duda o pregunta puede ser  resuelta de forma fácil y efectiva. Cabe mencionar que las valoraciones no dependen de cada asignatura por individual, sino que cada resultado obtenido en cada una de estas abocan en diferentes competencias. Que al final es la valoración global de alumno. También es bastante satisfactorio que una vez adquiridos unos conocimientos mediante un proyecto se pueda ver que estos tienen una aplicación real.

Oscar: Lo que más me choca, es la cantidad de gente en las clases. En otras universidades en una clase normal puede haber unas 80 personas o incluso más. Nosotros somos unos 26 en clase y los profesores te conocen por nombre y apellido, para bien o para mal jeje.

Jon: Puede parecer raro pero a mis amigos que estudian en otras universidades públicas les veo más tensos, estresados quizás. Este contacto que se tiene en Mondragón no se puede tener fácilmente en otras Universidades, y eso la verdad que se agradece, sobre todo cuando hay algún examen. Quieras o no, esta cercanía con el profesorado, les permite ser más flexibles, y poder charlar con un profesor muchas veces, es necesario

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