Humano vs Máquina


– Sayonara, baby!

(Terminator 2: El juicio final, 1991)

En esta película, Arnold Schwarzenegger hacía el papel que mejor se adapta a sus capacidades como actor: pocas frases, muchos tiros y nula expresión facial. En definitiva un robot. Y del futuro nada menos. ¿A qué viene todo esto? Hace no mucho escuché a alguien preguntar si con el tema de las nuevas tecnologías no nos estábamos volviendo más fríos en las relaciones personales, más robóticos.

Obviando el hecho de que la tecnología no es buena o mala de por sí y poniendo énfasis en el modo en que la utilizamos, desde este humilde blog vuelvo a relanzar la pregunta. ¿Nos estamos volviendo menos humanos con el uso de PCs, smartphones, iPads, etc.? ¿Son realmente tan sociales las redes sociales?

Para iniciar el debate, en mi opinión no sólo somos más fríos sino que también somos más dependientes. Tres ejemplos:

  1. Las felicitaciones de cumpleaños se han convertido en un evento en el facebook. Este año he descubierto que incluso existe una aplicación de facebook que lo hace automáticamente. ¡Ni siquiera hay que poner un texto! Programar la aplicación y no tener ni que acordarse…
  2. Mientras que hace diez años las conversaciones de bar se prolongaban por el hecho de que cada uno dice lo que se acuerda, ahora con la combinación smartphone + wikipedia se resuelven todas las dudas. ¿Es necesaria tanta información? Y hablando de bares, ¿tienen que poner tantas televisiones? Sin volumen la única utilidad que les encuentro es como papamoscas.
  3. El dato frívolo: según una encuesta de Cosmopolitan, a la pregunta de “¿qué dejarías por 7 días?” un 20% de mujeres eligió dejar el sexo antes que dejar Facebook, y un 57% dijo que no podría vivir una semana sin ordenador.

¿Alguno me lleva la contraria? Espero vuestros comentarios.

2 iruzkin daude

Zurea gehitu
  1. 1
    mkortabarria

    Como todo, la tecnología es buena en su justa medida. Las redes sociales, smartphones, etc. son herramientas válidas, y no deberían suponer un problema. Lo malo es que el ser humano es muy dado a “engancharse” a cualquier cosa (alcohol, tabaco, drogas, sexo, culebrones, teletienda, twitter, facebook, …), lo que lo lleva a abusar de todo aquello que le resulte “placentero”.

    Mantener el contacto vía redes sociales con personas que están fuera del ámbito geográfico de cada uno, o como complemento a las relaciones “vis a vis” creo que es correcto. Pero si se empieza a abusar, si empieza a sustituir esas relaciones personales en vivo, es cuando está siendo utilizado erróneamente.

    Esperemos que la sociedad se dé cuenta de que las relaciones humanas son por definición entre humanos, y no entre humano-máquina a máquina-humano.

    Todo esto me recuerda a un sketch de “Vaya Semanita”: una familia está comiendo en silencio, y se piden la sal por SMS. Si hicieran hoy el sketch, seguro que utilizarían Twitter.

  2. 2
    Ibai

    Me parece muy grave el demonizar la tecnología y acusarla de cambiar a las personas.

    La persona cambia porque tiene el poder de cambiar. Es uno mismo el responsable de cambiar. La percepción de las distintas tecnologías afectará a unas personas de una forma u otra. Todo lo engloba un gran “depende” como puede ser la sociedad, el entorno, la cultura, amistades, etc… pero ante todo la educación y responsabilidad de cada uno.

    Manejamos cantidades enormes de información que estas tecnologías nos ayudan a gestionar. Y a veces de manera superficial. Pero pongamos el caso de recibir una felicitación programada por facebook. ¿Le recriminamos por ayudarse de una herramienta y se pueda gestionar su tiempo, o porque quizás el mensaje sea impersonal y no haya utilizado otro medio que nos hubiera gustado más?

    La socialización no la hace el medio, sino las personas. Si el mensaje que recibimos no es de nuestro agrado, ¿por qué no cambiar esa situación? En vez de darle a “me gusta” y continuar con la espiral, queda con esa persona y le cuentas que tal tu día. Si está en la otra punta del planeta se puede usar el skype u otras herramientas.

    En las relaciones sociales tenemos que recordar que como mínimo debe haber dos agentes. Si uno de ellos actúa como un robot… ¿no debería el otro agente rescatar la relación?

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