J.A.Zabaleta, alumno DUAL MGEP de Ciclo Mecatrónica en la empresa Mondragon Assembly


Jon Ander Zabaleta Korta, alumno del Ciclo Superior en Mecatrónica Industrial en Mondragon Goi Eskola Politeknikoa (MGEP), nos cuenta su experiencia como estudiante DUAL

¿Por qué elegiste estudiar Mecatrónica Industrial?

Elegí esta titulación porque tiene muy buenas salidas laborales. A decir verdad, no estaba muy a gusto en el trabajo anterior, y, cuando comprendí que estoy en el momento apropiado para aprender, pedí la excedencia y me puse a estudiar para lograr un futuro mejor.

Y ¿por qué en MGEP?

Antes de decidirme estuve en las puertas abiertas de dos centros, uno de ellos en MGEP y, comparándolos, MGEP tiene mucho mejores instalaciones y los retos también parecían más interesantes. Por otro lado, mis padres también estudiaron aquí, y tenían muy buen recuerdo.

He estado muy a gusto. He aprendido mucho, y, con los retos, lo aprendido en clase se interioriza muy bien, entiendes de cine lo que te han explicado. Ha sido una experiencia muy positiva, creo que llegué muy bien preparado a la DUAL. Me queda aún por aprender, pero tengo buena base.

 

¿Qué nos puedes contar sobre tu DUAL?

Esta es mi segunda experiencia con el aprendizaje DUAL, pues también trabajé mientras estudiaba mi anterior ciclo, y sin duda, en ambos casos, una experiencia inmejorable. No solo gracias al aprendizaje DUAL interiorizas mejor lo aprendido, sino que además aprendes a trabajar, y encima, trabajar con adultos, con profesionales, te da otra perspectiva. Por otro lado, te permite trabajar un año completo, porque las prácticas de final de ciclo son demasiado cortas. Para cuando vas cogiendo un poco de mano y entendiendo la dinámica del taller, se terminan las prácticas; en cambio, la experiencia es más larga con el sistema DUAL, y da tiempo a interiorizar.

¿Dónde has hecho las prácticas de DUAL?

He estado en Mondragon Assembly. Esta empresa tiene varios departamentos, y yo he estado en el negocio de maquinaria especial. Aquí montamos máquinas de cualquier tipo, desde maquinaria para el campo sanitario hasta las que pegan pegatinas en las ruedas. Nuestros clientes son empresas que no pueden producir máquinas por su cuenta: ellos las diseñan y nosotras las montamos, a veces, tras proponer cambios.

Mi trabajo ha consistido, entre otras cosas, en montar máquinas. Para ser capaz de montar una máquina hace falta una formación previa: hay que asegurarse de que han llegado todas las piezas, que se corresponden con lo indicado en el plano, clasificarlas por subconjuntos; en el caso de maquinaria relacionada con salud o con alimentación, se exige bastante papeleo, y, como todo se supervisa rigurosamente, hay que seguir unas pautas.

He estado muy a gusto, he aprendido mucho; los compañeros de trabajo me aceptaron desde el primer momento como uno más, y me han enseñado mucho, además de contestar todas mis dudas. Los primeros días tuve una gran ayuda, trabajaba junto con un compañero para ir entendiendo las mecánicas, y luego, poco a poco, fui cogiendo autonomía.

En el trabajo nos dividimos en grupos y cada grupo saca adelante una máquina; mi instructor es el jefe de uno de esos equipos, organiza el grupo en su trabajo diario y es el interlocutor con el cliente, con quien mantiene estrecho contacto. En la reunión que hacemos al principio del día, reparte los trabajos, y luego se dedica a los asuntos necesarios para sacar adelante la máquina.

El instructor no está a mi lado a lo largo del día, pero no hace falta, puedo ir a él si tengo dudas o problemas en cualquier momento, aunque la ayuda de los compañeros, muchas veces, es suficiente; así y todo, a lo largo del día viene a menudo a explicarnos alguna cuestión o, simplemente, a ver cómo va avanzando la máquina.

No hay tiempo para aburrirse, hay que entregar la máquina a tiempo y eso exige mucho trabajo; si acabas antes el trabajo del día, no hay más que pedir más al instructor. Y si el instructor no tiene trabajo para ti en un momento determinado, siempre puedes ponerte con algún compañero y aprender viendo y ayudando en lo que hace él. Una vez que por casualidad los compañeros y el instructor estaban ausentes en una reunión, como todavía faltaba media hora para terminar la jornada y terminé el trabajo previsto, cogí la escoba y limpié nuestro rincón, Siempre hay algo que hacer.

¿Has utilizado lo aprendido en el ciclo mientras trabajabas en Mondragon Assembly? ¿Qué sí y qué no?

Sí, he utilizado mucho la interpretación de planos, la denominación de los tornillos, cómo hacer los agujeros pulidos, poner conectores a los cables, completar circuitos neumáticos… muchos trabajos mecánicos. No he utilizado todo lo que he aprendido, ya que, siendo un montaje mecánico, por ejemplo, no he utilizado la programación del PLC porque no entra en nuestro trabajo.

¿Cómo es tu experiencia de trabajar y estudiar en DUAL?

Hay tiempo de sobra si lo aprovechas. El primer año, además del curso, me saqué el título C1 en el euskaltegi, e iba a hacer deporte 4 veces por semana al pueblo de al lado. Había deberes para hacer en casa, pero no era nada excesivo. El segundo año hay que trabajar mucho menos en casa, porque todo es más práctico, y, si aprovechas el tiempo de clase, apenas tienes que trabajar en casa y, después de volver del trabajo, tienes tiempo para tus asuntos.

Por lo tanto, recomendaría totalmente el programa DUAL.

¿Y qué planes tienes de cara al futuro?

Quiero seguir trabajando en mi desarrollo profesional en una empresa puntera.

 

Muchas gracias, Jon Ander, por compartir tu experiencia con nosotros, y ¡buena suerte!

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