¿Por qué la crisis actual?
La segunda unidad didáctica de este primer módulo del máster nos introduce en las causas de la actual crisis. Supongo que si este fuera el único tema que abordáramos podría ocuparnos al completo. Porque complejidad es lo primero que a uno se le ocurre al tratar de explicar el momento actual de nuestra sociedad. Lo que comenzó como crisis financiera en 2008 ha extendido sus tentáculos durante todos estos últimos años hasta penetrar en casi todos los sustratos.
Frente a esquemas lineales enseguida se proyectan análisis circulares que refuerzan círculos viciosos. Parece que las fuerzas se alían unas con otras y se autorrefuerzan para mostrar algo parecido a un cuadro de Jackson Pollock en el que usa todo su cuerpo para pintar y donde el resultado final es un galimatías de líneas entrecruzadas.
Cuando estoy «dentro» de mi pintura, no soy consciente de lo que estoy haciendo. Tan solo después de un periodo de «aclimatación» me doy cuenta de lo que ha pasado.
El caso es que una buena parte del origen de lo que está aconteciendo en los últimos años tiene que ver con el auge de esa economía «fantasma», centrada en los productos financieros. A su lado, la economía real, la productiva, se ha visto sobrepasada por la desmedida expectativa de beneficios económicos que mostraban los activos financieros.
Esta unidad didáctica nos incita a pensar en asuntos como la progresiva merma de las clases medias en el primer mundo, el rol de los bancos, la creciente necesidad de consumo para sostener la economía o el aumento de las desigualdades. Todo ello con textos de Noam Chomsky, Pablo Guerra, Richardo Natalichio o Andy Robinson entre otros. No cabe duda de que, como decíamos al comienzo de este post, el momento es difícil de comprender. La globalización trajo consigo una concatenación de causas y efectos donde no es fácil saber qué va antes y qué después. El caso es que tenemos un mundo delante para cambiarlo y es nuestra obligación dejarlo mejor de como lo encontramos. El gran reto. Y ahí la economía social y el cooperativismo tienen su desafío. Propuestas para el futuro, pero ¡también para el presente!
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