¿Mejor cooperativismo «light» que «nada» de cooperativismo?
Un buen lugar para leer y pensar acerca de lo que hoy en día es el cooperativismo es el blog de Las Indias. Hace ya un tiempo, allá a finales de enero de este año publicaron Un cooperativismo «capado» para millenials. Más o menos el título nos da pistas de por dónde va su contenido: nuevos tiempos para nuevas maneras de entender el cooperativismo. El análisis este nuevo cooperativismo parece estar más pegado al consumo que a la aportación de trabajo asociado. Nos sirve el primer párrafo del artículo para entender el asunto.
Ayer conversamos mucho sobre el vídeo de arriba(*). Merece la pena. La tesis de Sinek es que la cultura de la adhesión «engancha», genera adicción real porque recibir «likes», los RTs, mensajes tontos de chat de amigos, nos hace liberar dopamina. Satisfacción inmediata. Dependencia. E inevitablemente se produce un mecanismo de sustitución: ante cualquier situación difícil, igual que quien relajó el stress con alcohol durante la adolescencia dice de adulto «necesito un trago», el adicto a la adhesión mira al móvil, desconecta del entorno directo y busca aprobación en forma de corazoncitos. Puede que se desahogue en la red o no, el caso es que desconecta de las relaciones interpersonales. La correlación entre depresión y uso de facebook a partir de cierto umbral de horas, parece darle la razón.
Estirando el argumento, todo este torrente de social media en que vivimos impulsa contactos, aboca a likes, retweets y actos superficiales. Pero cuando hacen falta relaciones personales y cuando hay que trabajar (en cooperación con otras personas) la generación hoy denominada de millenials fracasa. Este es el mensaje que traslada Simon Sinek en el vídeo que se cita.
David de Ugarte, autor del artículo de Las Indias que citamos aquí, reflexiona sobre el cooperativismo de plataforma (existen además, el contextual y el de «cadena de montaje»), una manera mucho más ligth de agrupar capacidades pero sin la experiencia del trabajo asociado tan propia, por ejemplo, del modelo de las cooperativas de MONDRAGON. Ahora bien: ¿mejor esto que ningún enfoque cooperativista? Cambiando la pregunta: ¿pervierte este nuevo enfoque, más orientado al pragmatismo, el original y, por tanto, mejor luchar contra él?
La pregunta es complicada porque también podría argumentarse un cooperativismo en etapas donde se comienza por resolver lo urgente (primero hay que trabajar y mejor hacerlo sobre una perspectiva cooperativista) y ya se abordará lo importante (si por ello entendemos profundizar en valores y prácticas cooperativistas). El sentido de lo que hoy se denomina economías de plataforma (ya lo citamos en otro artículo en este mismo blog) es, desde luego, relativamente cercano al cooperativismo de consumo. ¿Nos quedamos ahí y lo damos por bueno?
(*) Se refieren a este vídeo: https://youtu.be/JZqDUpaGZrk (en inglés con subítulos en español)
+ No hay comentarios
Añade el tuyo